*Víctimas de ataques armados de la delincuencia organizada y el cobro de derecho de pisos, se extingue el negocio del “tubo”. Bares y centros nocturnos bajan el telón.
*El saldo: Una estela de muerte y ejecuciones que incluye a clientes, meseras, porteros, empleados, encargados y dueños.
*Bailarinas extranjeras quedan a la deriva, podrían ser deportadas.
Por Víctor Flores
La ejecución de dos de los socios del Sport Bar, “La Premier” a manos del crimen organizado en los últimos tres meses, marca una etapa en Cancún, con ello se da un golpe que aniquila prácticamente el espectáculo del “Table Dance” en la zona centro de este destino turístico.
“Daniel N” y “Ricardo N” pioneros de este tipo de espectáculos en Cancún, en la extinta Plaza 21, cayeron abatidos, en octubre de 2018 y enero de 2019, respectivamente, como consecuencia de la “guerra” que se viven entre el crimen organizado , el narcomenudeo y los centros nocturnos de “giro negro” en este polo turístico.
Ante el ataque, “La Premier” cierra sus puertas de forma definitiva, antes habían cerrado “El Ejecutivo” y otros centros nocturnos, como “La Oficina”, “Harem”, “Platinos”, “Tabares”, “Black Jack” “Solid Club” y “Las Diablas”, por citar algunos de estos centros nocturnos.
En las últimas dos décadas, Cancún y este tipo de negocios o espectáculos de “giro negro” dieron cabida bailarinas de todas partes del país, como Monterrey, Guadalajara, Tamaulipas, Sinaloa, Ciudad de México, Tabasco y Veracruz, preponderantemente.
De igual forma el mosaico de teiboleras, era complementado con chicas latinas provenientes de Argentina, Brasil, Cuba, Venezuela y Colombia, que hacían frente a las provenientes del resto del mundo como Rusia, Ucrania, Francia, España, Hungría, Polonia, Italia y Alemania, por mencionar algunas de sus procedencias.
Mortandad de negocios
En los últimos 5 años, Cancún se ha convertido en escenario de una sangrienta disputa del crimen organizado que ha dejado más de mil 500 ejecutados, que además ha provocado la mortandad muchos negocios, como restaurantes, bares, y centros nocturnos, principalmente los de “giro negro” que ofrecen el espectáculo de Table Dance.
La delincuencia organizada se arraigó hace más de una década Cancún y desde entonces existe una guerra encarnizada por la codiciada plaza, derivado de la venta de droga y el negocio de las extorsiones, secuestros, asaltos y cobros de derecho de piso.
En consecuencia, los primeros clientes de los grupos criminales fueron los bares, cantinas, centros nocturnos, para fomentar el narcomenudeo y posteriormente para exigirles cuotas por derecho de piso y supuesta “protección” que nunca ha existido.
Así, las extorsiones a restauranteros con venta de alcohol, bares, cantinas, centros nocturnos, table dance, casas de citas o de masaje, hoteles, moteles y tianguis de autos entre otros negocios, se convirtieron en el blanco del crimen organizado.
La inseguridad creció súbitamente, ante la amenaza de la delincuencia y este sector se convirtió en el más vulnerable.
En medio de esa guerra, varios negocios de los llamados de “giro negro” han sucumbido ante el insostenible “derecho de piso” y condiciones impuestas por los grupos delictivos que se disputan la plaza.
Así se inició una sangrienta guerra contra bares, cantinas y centros nocturnos que promovían el table dance, donde también corría la droga.
Saldo rojo
En el recuento de los últimos años aparecen balaceras y matanzas del crimen organizado a bares como la “Palapa de Chuky” y “La Sirenita”, donde el saldo de víctimas mortales por no pagar la cuota fue numeroso y doloroso.
Bares y centros nocturnos de la ciudad, como “La Oficina”, “Las Canoas”, “Solid Club”, “La Diligencia” “El Embarcadero”, “Bar Royal”, “La Caldera”, “Oasis”, “Black and White”, “Psicoledia”, “Las Diablas”, “Teresita”, “El Gordo”, “El Capri”, “Bar Nova”, “Bar Santino”, “Harem”, “Bichos”, Xtabay, “El Ejecutivo” y La Premier, entre una larga lista, han sido objeto de ataques armados, donde han perdido la vida clientes, meseras, guardias, encargados, porteros y hasta vendedores ambulantes.
Algunos bares del centro de la ciudad como los ubicados en Plaza Solare y Plaza Infinity también han sido objeto de balaceras y ejecuciones de sus clientes.
La zona hotelera no es la excepción, pues el crimen también los ha alcanzado con cuotas, extorsiones y balaceras a centros nocturnos como como Mandala, Congo bar, Dady Rock, “La Vaquita”, “Elegance” “Divas” y Nectar, por mencionar algunos.
Muchos de estos negocios que han sido víctimas de ataques armados, son saldo rojo, ya cerraron sus puertas.
La mortandad de giros negros y negocios “Table Dance”, prácticamente se ha extinguido del centro y zona urbana de Cancún. El tubo ya no aguantó más.
Otros giros en la mira
Según autoridades, que poco hacen para combatir este flagelo, son siete los cárteles que se disputan el territorio en Cancún y las cuotas impuestas a los negocios, que cabe aclarar, no solo son a bares, restaurantes y centros nocturnos, sino que se ha extendido a moteles, tianguis de autos, casas de empeño, casas de citas (masajes), tiendas de conveniencias, joyerías, estéticas, rentadoras de autos y hasta hoteles por citar algunos de los negocios más recurrentes.
De hecho poco se sabe y casi nada trasciende, pero la industria hotelera de Cancún, paga millonarias cuotas al crimen organizado, un factor que ya preocupa a este sector por la merma que provoca a la industria turística pero que se ha guardado celosamente para cuidar la imagen del destino.