El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, afirmó este domingo que una fusión entre los constructores automovilísticos francés Renault y japonés Nissan no se plantea actualmente, contrariamente a lo afirmado por la prensa económica nipona.
“El tema no está hoy sobre la mesa (…)”, dijo Le Maire durante un viaje a Egipto.
Medios japoneses habían afirmado este domingo que representantes del Estado francés, de visita esta semana en Tokio, exhortaron a Japón a contemplar una fusión entre los grupos.
El Estado francés es el primer accionista de Renault, con el 15.01% del capital. Nissan a su vez posee un 15% del constructor francés, pero sin derecho a voto en la asamblea general.
Renault controla por su lado 43% del japonés Nissan, al que salvó de la quiebra hace 20 años. Además, Nissan controla 34% de Mitsubishi Motors, último llegado a esta triple alianza, que surgió en 1999.
Durante una reunión con responsables japoneses, la delegación francesa puso sobre la mesa una solicitud de fusión, indicaba este domingo la agencia Kyodo, que cita fuentes cercanas al asunto.
Esa posibilidad cuenta con el consentimiento del presidente francés Emmanuel Macron, según Kyodo.
El diario económico japonés Nikkei informa también sobre esa demanda de fusión, pero añade que Nissan se opone a dar una mayor influencia a Francia en la empresa.
Todo ello se produce mientras Carlos Ghosn, artífice de la alianza Renault-Nissan y acusado ahora de abuso de confianza y otras malversaciones financieras, sigue encarcelado en Japón desde hace cerca de dos meses.
Las autoridades francesas han dejado de apoyarlo en las últimas semanas y le están buscando un sucesor en la presidencia de Renault.
Ghosn ya fue destituido en Japón de su cargo de presidente del consejo de administración de Nissan y Mitsubishi.
Durante una entrevista con el primer ministro japonés Shinzo Abe, en diciembre durante una cumbre del G20 en Argentina, Macron expresó su interés en que la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi Motors fuera “preservada, igual que la estabilidad del grupo”.
Abe expresó el mismo interés pero dijo que el futuro del grupo debe ser decidido “por las empresas”, al margen de los gobiernos.