El director de cine y escenógrafo italiano Franco Zeffirelli murió hoy a los 96 años en Roma, anunció Dario Nardella, alcalde de Florencia, ciudad natal del artista, al que calificó como “uno de los grandes hombres de la cultura mundial”.
El director se inició en el mundo del cine de la mano de Luchino Visconti, como ayudante de dirección en tres de sus mejores películas “La terra trema” (1947), “Bellissima” (1951) y “Senso” (1952), donde confiesa que nació su pasión por el séptimo arte.
Zeffirelli dirigió clásicos como “La boheme” (escenificación de la ópera de Puccini, en 1965); “La fierecilla domada” con Richard Burton y Elizabeth Taylor 1966; “Romeo y Julieta” con Michael York y Laurence Olivier (1968); “Hermano Sol, hermana Luna” (1971); “Campeón” con Jon Voight, Faye Dunaway y Nicky Schrodeer (1978); “Amor sin fin” con Broke Shields (1981) y “Té con Mussolini” (1999), en la que relata su infancia.
Mantuvo una gran amistad que con la soprano María Callas a quién la dedicó la película “Callas for ever” (2002) y que confesó fue la única mujer de la que estuvo enamorado.
Declarado “homosexual”, relató en una biografía publicada cuando tenía 83 años su gran amor por Visconti.
Entró en el Parlamento de la mano del partido de Silvio Berlusconi, Forza Italia, y se confesaba conservador por “desesperación anticomunista”.
Nació el 12 de febrero de 1923 en Florencia. A su padre solo le conoció después de la muerte de su madre, Adelaide Garosi, que apasionada de Mozart, quiso darle al niño el nombre del aria de Idomeneo (Zeffiretti), pero el funcionario del registro civil se equivocó y escribió Zeffirelli.
Su madre murió siendo niño y se crió entre mujeres. La niñera, que era inglesa y se llamaba Mary, le enseñó inglés y le inculcó la pasión por Shakespeare.
También fue muy activo en el mundo del teatro y de la ópera como director escénico e incluso diseñador de vestuario. En 1959 dio el gran salto al Covent Garden de Londres, con las puestas en escena de “Pagliacció y “Lucia de Lammermoor”.
Como director teatral realizó muchas óperas en los principales teatros líricos de Austria, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos, además de los dos principales coliseos italianos, La Scala y la Opera de Roma y en la Arena de Verona.
Para la televisión filmó “Jesús de Nazaret” (1977), en varios episodios rodados en Marruecos y Túnez, y que contó con la aprobación de la Iglesia y el rechazo del Partido Comunista italiano; “Días de destrucción” (1966), y “Fidelio” (1970) y la “Misa Solemnis” (1971), de Beethoven.
Grandioso, excesivo, melodramático, polémico, así era el director de cine y escenógrafo Franco Zeffirelli deja películas como “Té con Mussolini”, “Romeo y Julieta” y puestas en escena en los mayores teatros de ópera del mundo.
A pesar de la edad y de estar postrado en una silla de ruedas desde hace algunos años, no dejó de trabajar y el 21 de junio se iba a materializar uno de sus sueños, cultivado en los últimos diez años, el de la puesta en escena para de una nueva “La Traviata” que inaugurará la temporada del Festival lírico de la Arena de Verona. Zeffirelli fue el “Miguel Ángel” de las artes escénicas, triunfando tanto en el cine, como en sus montajes para el teatro y la opera e incluso como creador del vestuario. Barrocos, excesivos, sorprendentes y muy solicitados en los teatros de todo el mundo.
Será enterrado en el cementerio de “Porte Sante” de Florencia, su ciudad natal, mientras que en Roma se abrirá una capilla ardiente para que se le pueda rendir homenaje.
Quizá Zeffirelli fue más amado fuera de su país e incluso la reina Isabel II le concedió el título de “sir” (caballero), pero siempre se echó en falta el Oscar al que fue nominado dos veces, como director por “Romeo y Julieta” y como escenógrafo para “La Traviata”, o uno a toda su carrera. Después como director se dedicó a cultivar su amor por la ópera y por las obras de Willian Shakespeare, dando un nuevo sentido al melodrama.
Mantuvo una gran amistad con la diseñadora Coco Chanel y con la soprano María Callas a quién la dedicó la película “Callas forever” (2002), que cuenta los últimos años de la “Divina” y que confesó fue la única mujer de la que estuvo enamorado.
Fue senador de la mano del partido de Silvio Berlusconi, Forza Italia, en 1994 y se confesaba conservador por “desesperación anticomunista”.Declarado “homosexual”, pero muy crítico con el movimiento gay, relató en una biografía publicada cuando tenía 83 años su gran amor con Luchino Visconti.
En 1959 dio el gran salto al Covent Garden de Londres, con las puestas en escena de “Pagliacció y “Lucia de Lammermoor”.
Para la televisión realizó “Jesús de Nazaret” (1977), en varios episodios rodados en Marruecos y Túnez, y que contó con la aprobación de la Iglesia y el rechazo del Partido Comunista italiano; “Días de destrucción” (1966), y “Fidelio” (1970) y la “Misa Solemnis” (1971), de Beethoven.