Ante las críticas de la oposición y otros sectores por la validez jurídica en la firma de un memorándum para frenar la reforma educativa, el presidente Andrés Manuel López Obrador defendió el documento y aclaró que la justicia está por encima de todos, incluso de la ley.
“La ley es para las mujeres y para los hombres, no los hombres y las mujeres para la ley. La justicia está por encima de todo, la justicia. Si hay que optar entre la ley y la justicia, no lo piensen mucho, decidan en favor de la justicia”, enfatizó en conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional.
Luego de recibir críticas por el sustento jurídico del memorándum, el Jefe del Ejecutivo federal aclaró que no es sólo un asunto jurídico, sino político. Sin embargo, pidió que si alguno de sus adversarios considera que el gobierno incurre en delitos, infracciones o errores, están en su derecho de acudir a tribunales a presentar denuncias y amparos.
“No es sólo un asunto legal, es un asunto político; o sea, no es ni una iniciativa de ley ni un decreto ni un acuerdo, es un memorándum para propósitos internos, como he dado a conocer otros”, afirmó. Al preguntarle cuál es el sustento jurídico de ese memorándum, el Presidente respondió: “Ah, las facultades que tengo como Jefe del Estado mexicano para garantizar el bienestar, la paz, la tranquilidad del pueblo, para que haya justicia, por eso se protesta cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan. Y en la Constitución se establece que debe haber justicia”.
El memorándum que el martes firmó el Presidente pide a Gobernación, a la Secretaría de Educación Pública (SEP) y a Hacienda dejar sin efecto las medidas de la reforma educativa de 2013, en tanto el Congreso resuelve la nueva reforma a la Constitución en materia educativa. Entre algunos puntos que pide es que se reinstale a los maestros cesados, que se libere a los docentes y luchadores sociales encarcelados, y una indemnización para familiares de quienes perdieron la vida luchando por sus derechos, en este caso, oponiéndose a la reforma educativa.
Ayer, López Obrador recordó que tenía la posibilidad de hacer una reforma sólo a la ley reglamentaria del artículo tercero para quitar las evaluaciones punitivas. Dijo que pudo haber sacado los votos con mayoría simple en el Congreso, “pero quise que se conociera con mucha claridad nuestra postura.
“Yo quise mandar este mensaje claro a los mexicanos y a los maestros y la verdad lo logré, porque como se está generando el debate, ya se sabe de qué se trata. Nada más lo único que pido es que se lea bien el texto para que no se saquen de contexto las cosas. Hice un compromiso, que se iba a cancelar la reforma educativa, y eso es lo que estoy cumpliendo.
“Pero para que no quede duda y dejar las cosas en claro, consideré conveniente escribir este memorándum, nada de indefiniciones. Estamos en contra de la mal llamada reforma educativa, porque fue impuesta desde el extranjero y no tiene nada que ver para mejorar la calidad de la enseñanza”, expresó.
Aclaró que no está de acuerdo con la oposición que criticó el memorándum, pero respeta su posición. Y dijo que está bien el debate, “no hay que asustarnos”.
“Si no llegamos aquí por la parafernalia del poder, para que nos estén quemando incienso o alabando, llegamos aquí para transformar, si no, no tendría sentido tanto tiempo de lucha, tanta perseverancia para llegar a hacer lo mismo, sería una gran decepción, más que eso, un acto de traición al pueblo”, sentenció.
Criticó que algunos de sus adversarios no se dan cuenta de que sus decisiones son un viraje, “no se puede poner vino nuevo en botellas viejas.
“Tiene que haber más imaginación en nuestros adversarios, en la prensa fifí, en sus columnistas, está bien el debate y no asustarnos, y que nadie también sienta que le estamos faltando al respeto”, recomendó.
El Presidente vio como algo natural que PRI y PAN se opongan a que se cancele la reforma educativa de 2013, porque fueron los que la aprobaron. Y señaló que, casi de manera oficiosa, salió un exministro (José Ramón Cossío) de la Suprema Corte a decir que no procedía legalmente el memorándum.