Con el gobierno de Enrique Peña Nieto, México tuvo que comprar petróleo ligero para la elaboración de gasolinas en refinerías, afirmó el presidente mexicano.
La reforma energética que puso en marcha el gobierno de Enrique Peña Nieto resultó “un rotundo fracaso” para el país, pues cayó la producción de petróleo, la perforación de pozos y, por primera vez, México tuvo que importar petróleo crudo ligero para la producción de gasolinas en las refinerías.
“Ahora tenemos que comprar gasolina y, a su vez, comprar petróleo ligero”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador en su conferencia de prensa matutina, en la que de nuevo abordó los resultados del plan contra el robo de combustible.
López Obrador aseguró que los números de la industria petrolera exhiben el fracaso de la reforma energética aprobada en diciembre de 2013, que fue una de las 11 reformas estructurales del pasado gobierno de Peña Nieto.
De entonces a la fecha, lejos de crecer el potencial petrolero del país, la producción cayó de 2.2 millones de barriles diarios de petróleo a 1.7 millones.
“A los tecnócratas les digo que no hicieron bien su trabajo, que la reforma energética fue una quimera: dijeron que iba a aumentar la producción, que íbamo a estar mejor y eso no sucedió”, afirmó.
La producción cayó, dijo, porque las empresas que recibieron las concesiones “no invirtieron en la perforación de pozos, no se dedicaron a producir”.
En 2018 sólo estaban operando 50 pozos y ahora ya son 150, aseguró López Obrador, quien hoy se reunirá con empresarios petroleros para abordar con ellos el uso de las concesiones.
“Nuestra postura es no rescindir contratos, sino convencerlos de que cumplan con los contratos”, dijo.