Robinho no se librará de la cárcel. El Tribunal Supremo italiano ha confirmado la sentencia de nueve años de prisión para exjugador brasileño Robson de Souza por haber participado en la violación grupal a una joven de 23 años en una discoteca de Milán en 2013, cuando era jugador del Milan.
La justicia italiana rechazó ayer el recurso presentado por el que fuera jugador del Real Madrid entre 2005 y 2009, que insistía en que las relaciones sexuales con la mujer fueron consentidas. Algo que ha quedado descartado por el tribunal, que considera probado que Robinho “humilló brutalmente” a la víctima y que desvió voluntariamente las investigaciones.
Estaba completamente borracha, ni siquiera sabe lo que pasó. Eran cinco encima de ella
Robinho
Exjugador de fútbol
Las llamadas telefónicas entre el futbolista y el amigo que lo acompañaba aquella noche, y que también participó en la agresión, han sido claves para la sentencia. En ellas, según desveló hace un par de años el portal GloboEsporte, Robinho afirmaba: “Me río porque me importa un comino, la mujer estaba completamente borracha, ni siquiera sabe lo que pasó. Eran cinco encima de ella”. El jugador se jactaba además de que no podrían condenarlo: “Mira, los chicos están en la mierda. Se la follaron, ellos van a tener problemas, yo no”. “ Recuerdo que tú y yo no follamos con ella porque tu pene no subía, estaba flácido”, le comenta el exfutbolista a su amigo, a lo que este le responde: “Yo te vi cuando colocaste el pene dentro de su boca”, y Robinho señala: “Eso no significa follar”.
Los hechos tuvieron lugar en una conocida discoteca de Milán, donde la víctima celebraba su 23 cumpleaños, pero no trascendieron hasta un año después, cuando negó públicamente cualquier implicación con la agresión. No era la primera vez que había sido investigado por unos hechos tan graves. En 2009, cuando jugaba en la Premier, estuvo implicado en una investigación por violación en un club de Leeds, aunque acabó siendo puesto en libertad bajo fianza.
La condena inicial por violación que recibió en 2020 le acabó costando su contrato con el Santos, club con el que había firmado unos días antes y que se desvinculó del deportista por las fuertes presiones que recibió.
Tras rechazar la última apelación y con la sentencia de 9 años de prisión en firme, la extradición del exjugador está en manos de Brasil, que tiene derecho legal a rechazar las eventuales peticiones oficiales de Italia, al tratarse de un ciudadano brasileño.
