No sólo su equipo, Dorados de Sinaloa, perdió en el último minuto del juego por la Copa MX, sino que además estuvo a punto de sufrir un botellazo en la cabeza.
En pleno partido, sentado sobre una hielera colocada en la zona técnica, una botella lanzada desde la tribuna pasó cerca de su cabeza, Diego volteó y comenzó a lanzar besos a la tribuna.
Al finalizar el juego dijo: “Me aventaron una botella que pasó cerca de mi hombro. No puedo creer que un energúmeno pueda agarrar una botella, tirarla a la cabeza e irse sin castigo”.
Para el técnico, “esto va más allá del futbol, el tipo ese me odia o se peleó con la esposa antes de venir a la cancha cualquiera de las dos. Hago un llamado a las autoridades para no sufrir otro incidente como este”.
Pidió más seguridad en los juegos: “Tendrían que replantearse estas cosas las autoridades. A mí me metieron con una botella. Me pasó por al lado, porque si me pega en la cabeza me mata. Si la Federación no toma una buena decisión podemos llegar a sufrir otro incidente”.